Almizcle
[anar a la versió en català →]
El sol de la tarde ya declina y tiñe de púrpura el horizonte, sobre el que
se dibuja la silueta de unos niños que juegan en el parque, a la salida de la
escuela.
“Almizcle”.
Acabo de preguntarte sobre tu perfume y tu respuesta me deja sin apenas
habla.
“¡Almizcle!”
En una asociación instantánea, casi como un acto reflejo, me vienen a la
mente las palabras de Baudelaire:
“Comme l’ambre, le musc, le benjoin et l’encens”
Un verso que de muy jovencito traduje al castellano con estas palabras:
"Como el almizcle y el ámbar, el incienso y el benjuí"
De hecho, hasta hoy nunca me había encontrado el almizcle en la vida real,
así, en la calle. Para mí el almizcle es (o era) una palabra sonora, dentro de
un verso sonoro, que me hacía evocar, oler los perfumes en mi imaginación.
Intento imaginar la cara que yo debía poner mientras me contabas con voz pausada y serena no sé qué cualidades y rarezas de ese perfume, algo relacionado con los animales, las plantas y las feromonas.
La explicación interesa a mi curioso espíritu, pero mis sentidos se dejan
envolver por tu perfume.
"¿Permites?" Y antes de que respondas me acerco a tu cuello para
sentir la fragancia de más cerca. Tengo los labios y la nariz a un milímetro de
tu piel. Tú dejas hacer entre sorpresa y complacida. Cierro los ojos y me dejo
llevar por la intensidad del almizcle. El verso de Baudelaire se hace real,
tangible.
Como en el poema todos los sentidos se activan: el calor tibio del sol que
quiere esconderse tras los olmos, los colores de la tarde, azules, blancos y
púrpuras; la risa de los niños que juegan, tu piel, tu perfume.
Ahora ya sé, previa consulta al señor Google (consulta que tú también
hiciste, movida por la misma curiosidad que yo), que el almizcle o almizcle es
el nombre que originariamente se daba a un perfume obtenido de una glándula del
macho del ciervo llamado ciervo almizclero. También he aprendido que la palabra
almizcle viene del árabe clásico misk, y del sánscrito muskán,
que significa testículo y que los griegos lo llamaban moskos (moskós) y los
romanos muscus.
En cuanto a sus propiedades, descubro que el mesk o almizcle puro tiene un
olor muy intenso que lo hace casi insoportable para el olfato humano y que, por
este motivo, se aplica en dosis muy pequeñas en perfumería. Y dicen los
entendidos que los perfumes que se derivan resultan excitantes ya que poseen
moléculas de tipo feromona, empleadas como atractivo sexual y para marcar el
territorio.
Todo esto es lo que ahora sé que antes no sabía, mi espíritu curioso ya
tiene lo que quería. Pero yo, yo me quedo con el aroma de un verso hecho
realidad, con la proximidad sutil de tu piel y la mía, y con la danza de tus
cabellos al viento, e imagino otras tardes tibias de invierno para embriagarme
de tu almizcle.
Nota creativa: El texto ha nacido en Vilafant y ha ido tomando forma entre Empúries y
Figueres. La imagen es de un frasco romano para perfumes, del siglo IV-V p. La
música que hoy acompaña al texto es Love Theme, de Dimitis Vangelis, uno
de los temas del filme Blade Runner de Ridley Scot. http://www.youtube.com/watch?v=G8VpG_M4Ksw
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